El arco del violin

Se compone de una vara, construida de madera de pernambuco, (también existen de otras maderas, y materiales como fibra de vidrio o la fibra de carbono). En uno de sus extremos se halla la cabeza y en el otro el talón, este ultimo es de madera de ébano, aunque los hay de marfil, nácar o carey. De extremo a extremo se tensan una pequeña cantidad de crines de cola de caballo. Que serán las que frotarán las cuerdas del instrumento, haciéndolo sonar. Las mismas deben estar prolijamente peinadas, y distribuidas.
Con el uso, las cerdas (o crines), se van desgastando y cortando, por lo cual cada tanto deben ser reemplazadas por nuevas, ya que el estado de las mismas influye directamente al sonido del instrumento. Unas cerdas desgastadas no podrán arrancar un sonido potente. La calidad de las crines también es otro punto importante. El peinado de las cerdas es una de las partes más importantes y mas difíciles de conseguir, deben quedar bien parejas, y no deben cruzarse, este trabajo debe hacerse con sumo cuidado.

La empuñadura del arco: se compone del entorchado de hilo de metal o plata y el cuero.
Abarcan unos 8 cm. a partir del borde del talón. Unos 5 cm. para el entorchado y 3,2 cm. para el cuero.
La función que cumple es la de proteger el desgaste de la madera, por su uso prolongado.
y la de antideslizante, para poder tomar el arco con firmeza, ya que el contacto directo con la vara puede resbalar.
Estos elementos pueden renovarse en un determinado tiempo, según el desgaste.

En el atelier no se construyen arcos , pero se realizan los siguientes trabajos:

Encerdado de arcos de violín, viola, violonchelos y contrabajos.
Reemplazo de entorchado hilo de plata o metal y cuero
Reparaciones varias
Lustrado y barnizado

anterior